¿Por qué pecamos y morimos los seres humanos? La Biblia explica que la muerte reinó por la ofensa de un solo hombre, Adán, quien se la dejó como herencia a sus hijos (Rom. 5:12, 14, 17). Pero podemos hacer que el pecado deje de reinar, o dominar, nuestra vida. Si ejercemos fe en el sacrificio de Cristo, permitimos que la bondad inmerecida de Dios reine sobre nosotros (Rom. 5:20, 21). Es cierto que seguimos siendo pecadores, pero no tenemos por qué resignarnos a que el pecado domine nuestra vida. Y, si cometemos un pecado, pidámosle a Jehová que nos perdone. Así llegamos a ser gobernados por la bondad inmerecida. ¿Con qué resultado? Pablo declaró: “La bondad inmerecida de Dios [...] nos instruye a repudiar la impiedad y los deseos mundanos y a vivir con buen juicio y justicia y devoción piadosa en medio de este sistema de cosas actual” (Tito 2:11, 12).
No hay comentarios:
Publicar un comentario